Galopina Casa Silvestre es un refugio en la naturaleza, una oportunidad para detenernos y desconectar del día a día, y un espacio alejado de la velocidad de las ciudades para poder reconectar. Los fundadores Elisa Navarrete y Guillaume Galopin nos reciben en su hogar para que podamos descubrir una nueva manera de hospedar y ser hospedado, un acercamiento más íntimo donde viajar obtiene otro significado en medio de la jungla.
Galopina Casa Silvestre
Ubicada a 35 km del centro de Mérida, en la localidad de Seyé en Yucatán, Galopina descansa dentro de la reserva estatal de los anillos de cenotes. En medio de siete hectáreas de naturaleza, aparece como una casa de campo lista para acoger a aquellos que buscan vivir con lentitud, dejarse abrazar por los árboles y soñar de día y de noche. La ubicación de Galopina, aunque es remota, tiene el privilegio de estar cerca de los cenotes, ruinas arqueológicas, y se encuentra en ruta hacía los pueblos de Izamal y Valladolid.
Galopina se encuentra dividida en dos áreas. Al sur, por el acceso a la propiedad, se encuentra la casa principal. Aquí están ubicadas las áreas comunes, la cocina donde siempre podemos encontrar a Elisa preparando algo delicioso, la sala y el comedor, así como la habitación principal donde habitan los dueños. Al norte se encuentra la casa de hospedaje con cinco habitaciones distintas. Tres de los cuartos forman parte de las estancias Tierra, a ras de suelo para estar rodeado de la naturaleza; los dos cuartos restantes forman parte de Cielo, ubicadas en la parte de arriba con vista a las copas de lo árboles. La casa principal y la de hospedaje se unen a partir de una terraza con zona de descanso y alberca.
"Todo en Galopina tiene una razón de ser y una anécdota detrás, eso es lo que nos gusta de ella [...], cada detalle es importante para nosotros y queremos que nuestros invitados lo sientan igual, porque fue hecho para ellos, para que durante su estancia tengan esa sensación de estar en su casa de campo y que después las imágenes, los olores de Galopina los acompañen en sus recuerdos con ansias de regresar en un futuro próximo."
La construcción es notoriamente mexicana, desde su diseño hasta los materiales que la conforman. Fue hecha junto a Taller de Arquitectura Contextual, el estudio con base en Mérida. Juntos lograron crear una casa muy yucateca, encapsularon ese sentimiento que otorga Mérida de la vida en calma, en total armonía con la tierra y la naturaleza.
Refugio en la naturaleza
La comida es un elemento muy importante en esta casa silvestre. La convivencia alrededor de la comida y la cocina crea una cercanía mucho mayor entre los invitados y los anfitriones. Los alimentos son totalmente saludables, hechos desde cero y con ingredientes naturales, desde pan hecho con masa madre hasta mayonesa casera. Además, todo se endulza con la miel que producen sus abejas, y es posible formar parte de su cuidado diario observando que no haya infestaciones de otros animales o si tienes suerte, recolectando la miel.
El lugar es sin duda un refugio, un espacio para poder admirar la vida desde la calma, la paz y la tranquilidad. Al estar rodeado de naturaleza, permite que los exploradores descubran los secretos de la jungla y las ruinas arqueológicas, y los soñadores pueden inspirarse observando el entorno, escuchando a los pájaros y mirando las estrellas. Es una casa para todo tipo de viajero, para hacer nuevas amistades y descubrir algo dentro de ti y en lo que te rodea.
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