El interiorismo toma en cuenta cómo cada detalle impacta un espacio, no sólo en su estética, sino también en lo que provoca. A través del diseño encontramos nuevas maneras de expresarnos, crear un ambiente que nos recibe todos los días, y rodearnos de un lugar que nos inspira constantemente. Muchas veces el sentido estricto de utilidad ha opacado al diseño, como sucede con los cuartos de baño. Ahora podemos explorar cómo la selección de objetos y piezas funcionales puede cambiar la forma en la que concebimos estos espacios útiles y cómo los pequeños cambios pensados en el diseño pueden transformarlos.
Diseño en el baño
El baño se ha vuelto un espacio de encuentro personal, donde el tiempo se detiene y nos permite observarnos, cuidarnos y relajarnos. Si queremos crear una atmósfera que nos invite a su calma y al mismo tiempo nos permita construir rituales diarios a través de actividades cotidianas, podemos explorar opciones estéticas que nos acompañen en estos instantes. Pensemos en los productos diarios que aportan diseño:
1. Frascos y envases: estamos acostumbrados a las botellas de plástico de shampoos, acondicionadores, cremas y hasta jabones líquidos comerciales; botellas que no están pensadas en cómo impactan la parte visual del baño. Son útiles, sin más que eso. Pero si pensamos que estos productos son los indispensables en cualquier cuarto de baño, pensemos también cómo afectan el interiorismo y el ambiente general del espacio. Si en lugar de lo convencional exploramos frascos de vidrio, con etiquetas sencillas, y en general una apariencia minimalista, cambiaremos completamente la forma en la que se ven los productos diarios, creando un espacio más limpio y cuidado.
2. Sólidos y jaboneras: para agregar detalles útiles, pero que destaquen y aporten dinamismo y diversión, podemos intentar con los jabones sólidos que tienen distintas figuras. Así podemos dejar atrás a la barra de jabón blanca y común, e intentar figuras nuevas como cubos, serpientes, o rectángulos. Además, lo podemos acompañar de una jabonera de cerámica u otro material que destaque por sí misma y aporte a la estética general.
3. Soportes metálicos: una alternativa a los organizadores, estorbosos y sin diseños, de shampoo y acondicionador que comúnmente colgamos en la regadera son los soportes metálicos. Los frascos se quedan fijos en la pared sin necesidad de estarlos moviendo constantemente. Funcionan como un complemento ideal para los nuevos envases que ya están transformando nuestra regadera. También se puede utilizar para jabones líquidos sin necesidad de estorbar en el lavamanos.
4. Velas y aromas: los aromas tienen la capacidad de transformar cualquier espacio, y en los baños crean la atmósfera ideal para relajarnos. Las velas son un acompañante doble, con aromas únicos que nos envuelven y que funcionan como piezas de diseño. Son uno de los elementos con los que más podemos jugar, son un elemento versátil para decorar las habitaciones, y un detalle que siempre aporta armonía.
5. Vaso de cerámica y cuidado dental: a veces creemos que los objetos que usamos en nuestra vida diaria solo pueden verse de una manera, el cuidado dental es uno de ellos. Cambiar nuestro cepillo de dientes convencional por uno con un diseño más limpio y sutil, acompañado de un vaso de cerámica, es un cambio sencillo que en su combinación puede aportar algo distinto y único en el baño.
Estos pequeños cambios contribuyen a un diseño general, y en lugares como el baño estas modificaciones crean un espacio que se siente nuestro, que al recibirnos nos permite encontrarnos con otra forma de mirar, de sentir y de experimentar nuestros rituales diarios. Ahora podemos pasar tiempo en el baño con la intención de crear sensaciones.
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